A menudo acostumbramos a elegir tonos muy sobrios para la decoración de nuestra casa tanto para las paredes como para los muebles y elementos decorativos.
Y aunque es cierto que el estilo minimalista y sobrio se impone, a veces conseguimos una casa más cálida y personalizada dándole un toque de color.
Si, por ejemplo, vas a redecorar una estancia de la casa como el salón y has elegido un estilo sobrio con tonos en blanco y negro, puedes elegir un color diferente, solo uno, para poder dar un contraste distinto.
Un color que a mí me gusta mucho y marca muy bien ese contraste al que me refiero es el rosa fucsia, muy de temporada además.
Una buena idea para empezar a incorporar ese tono es comprar almohadones para el sofá y las butacas que tengas en el salón. Incorpora también alguna lámpara en ese mismo tono.
Una buena alternativa es elegir algunos cuadros con motivos en ese color. También cambiar los marcos de las fotos por algunos originales en esos tonos.
Y si quieres que el cambio sea del todo radical en ese mismo tono puedes pintar una de las paredes del salón, el contraste quedará genial.
Si, además quieres que el color predomine en toda la casa, puedes hacer esta misma operación en las diferentes habitaciones, o bien manteniendo el mismo color que has elegido para el salón, o, por otro lado, elegir un color diferente para cada habitación.
La verdad es que decorar dentro de la misma gama de color es bastante sencillo si no somos unas expertas en combinaciones cromáticas. Puedes encontrar muchos accesorios que combinen y a precios bastante asequibles, ya que la mayoría de tiendas de decoración low cost cuentan con gamas de colores en sus diferentes artículos.
Dar color a la casa y aplicar pequeños toques y contrastes nos sirve para renovar nuestra decoración sin invertir mucho presupuesto.
Fuente Imagen Zara Home.