Nuestro pasillo o la escalera de acceso al piso de arriba, muchas veces es el quebradero de cabeza para la decoración de la casa. He sido invitado muchas veces a viviendas de conocidos y amigos y muchas veces me han dado ganas hasta de llorar: paredes vacías, sin vida, hacían que la casa no mostrase ningún tipo de conexión con sus dueños. “Es lo que se lleva ahora… las paredes desnudas, es más serio y elegante”, me dicen muchas veces. NO, sencillamente eso no es cierto. Ni es una moda que se lleve ahora ni nunca lo ha sido.
El hogar debe respirar simpatía, gusto, estilo, y esto no tiene nada que ver con un pasillo que se parezca a una galería subterránea de algún garaje o de los sótanos. En nuestro pasillo recomiendo al menos cada 3 m. un cuadrito, un cartel encristalado bonito, algún adorno de un viaje al extranjero, algo sutil si no nos gustan demasiado los adornos, pero las paredes vacías, cuando llega un visitante, le da la impresión de que aquella morada es más bien provisional.
Cuando se tiene una familia de pintores como la mía, el problema estriba en conseguir más paredes para colgar obras, por eso es para mi complicado elegir entre tanta obra magnífica. Pero si tu situación es distinta, puedo deciros lo que me gustaría a mí si tuviese que adquirir los adornos para mi pasillo. Les recomendé a unos amigos una cartelería motivada en el cine, con unos marcos de aluminio, y me da una envidia increíble. Es una buena idea. Esos otros de retratos esbozados al blanco y negro, donde una de las piezas está coloreada destacándola, también son muy elegantes y llamativos. En fin, una última sugerencia es que tampoco lo llenéis demasiado de posters o carteles, pero si que al entrar al pasillo se vean al menos tres a cada lado y todo muy simétrico para que resulte agradable a la vista.
Toni Ferrando.