La cocina que hoy os mostramos tiene su máximo exponente en el revestimiento de sus paredes, en contraste absoluto con el material en el que se han fabricado los muebles.
Destaca en esta cocina la cálida apariencia que le confieren los ladrillos vistos que decoran las paredes. Consiguen otorgarle a la cocina un aire hogareño, cálido y muy acogedor.
Como contrapartida, encontramos muebles fabricados en frío acero inoxidable, y un original y divertido suelo de cerámica de colores.
Todos los accesorios de menaje se han colocado de una forma muy cómoda y accesible para trabajar con ello. Todos dispuestos y colgados de finas barras metálicas.
Para dar un punto todavía más cálido y personal a la cocina, se ha colocado una planta de interior junto a la ventana, que le da al espacio un aire muy natural.
Los utensilios que se utilizan con mayor frecuencia se han dispuesto en pequeñas baldas adosadas al ladrillo.
Fotografías: Ikea
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