Existen paredes con huecos sin puerta, que nos dejan el salón como muy pobre. Son accesos que nos llevan muchas veces al pasillo o a la escalera de pisos superiores. Una manera ideal de embellecer esa zona sería pegando molduras de escayola para pintarlas luego del color que más nos guste. Estas molduras requieren de una colocación bastante laboriosa y tenemos que proteger el lugar donde trabajemos ya que se mancha bastante, así que disponemos también molduras de otros materiales sintéticos que con sólo pegarlos con cola, ya están listos. La diferencia es que disponemos de más variedad, e incluso pedir un diseño con escayola, y con estos materiales (polímeros) existe poca variedad y tamaños, aunque cada día se suma algún modelo a los catálogos.
Si queremos pegar las de escayola, necesitaremos un cubo o capazo de 5/6 litros, un saquito de escayola cola, un serrucho para cortar las piezas, cinta métrica para las mediciones, un lápiz para las marcas, herramientas como espátulas o paletas de albañil que nos resulte más familiar, un taco de lija para las terminaciones, y si queremos fijar de forma permanente la pieza a la pared, un taladro, tacos y tornillos largos.
Para colocarlo, simplemente cortar las piezas para que nos quede 1/2 cm. entre ellas para que podamos añadir la pasta de escayola cola longitudinalmente en cada junta y a cada pieza. Tendremos que arañar la parte de la moldura que vaya a unirse a la pared con algún punzón o cuchillo, para que tenga agarre. Luego pondremos pasta de escayola en toda la pieza llenando bien la zona rayada y la sujetamos un rato hasta que seque y agarre. No es necesario, pero si queremos una sujeción mayor, podemos sujetar con un tornillo largo cada pieza a la pared, y luego tapar el agujerito producido con la misma escayola que estamos usando. Pero si no se tiene práctica se corre el peligro de romper la pieza si no se hace con precisión.
Tanto las molduras de escayola, como las de material sintético, también se pueden pegar junto o encima de los marcos de las puertas y darles más presencia. En salones muy grandes o decoraciones clásicas, estas molduras siempre añaden más lujo y elegancia a la estancia.
Toni Ferrando.