El paso de los años, el mal uso y otros factores como el agua acaban dañando el exterior de nuestros electrodomésticos en casa. Pronto empezamos a ver pequeñas manchas amarillentas o anaranjadas de óxido. Éstas suelen aparecer, sobre todo, en la parte de abajo o en las zonas de apertura y cierre.
Este tipo de problemas en los electrodomésticos de la cocina hacen que parezcan antiguos y deteriorados, aunque realmente no tenga mucho tiempo y en realidad funcionen bien.
Sin duda, una solución podría ser cambiarlos, pero no tiene mucho sentido si el aparato todavía funciona correctamente. Además, cambiarlos es bastante más costoso que otras alternativas.
Una buena alternativa para dejarlos en perfecto estado es pintarlos. El material externo de los electrodomésticos se puede pintar sin problemas, solo hay que seguir algunos consejos para hacerlo correctamente.
Lo primero que debemos hacer es preparar el aparato para que la pintura se pueda aplicar sin problema y no salte a la primera de cambio. Lo que haremos será lijarlo, para ello vamos a usar una lija de grano fino que es la que necesitamos para no dañar la superficie. Se debe lijar con sumo cuidado evitando hacer mucha presión.
Una vez lijado procedemos a limpiarlo bien con una esponja, agua y jabón. De este modo, eliminamos toda la suciedad y los restos del lijado. Pasamos un trapo limpio y lo secamos bien.
Aplicamos, una vez seco, una pintura de imprimación que ayude a que después se fije la pintura final. Cuando esta capa esté seca aplicamos por fin la pintura que hayamos seleccionado. Lo normal es que hagan falta dos capas, aunque dependiendo del tipo de pintura puede que baste con una.
La ventaja es que podemos usar el color que queramos a la hora de pintar e incluso aplicar tonos vivos para darle un toque muy original a nuestra cocina.
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