Justo cuando ya tienes toda la casa lista y a tu gusto, resulta que te enteras de la noticia más feliz de tu vida. Vas a tener un hijo. La alegría se convierte pronto en prisas y estrés cuando te decides a montar la habitación del pequeño. Pero tranquilos, futuros papás, que hoy os traigo una serie de consejos para que no acabéis agotados antes de tener al niño. Ya habrá tiempo de cansarse luego.
Lo mejor es que comiences a prepararlo con tiempo, porque conforme el embarazo va avanzando, la madre se cansará más y las hormonas podrían comenzar a hacer de las suyas. Así que cuanto antes termines con la tarea, mucho mejor. En cuanto a la ubicación, aunque en los primeros meses lo más seguro es que instales la cuna en tu habitación, cuando decidas mudarlo a su propia habitación debería ser una que esté cerca de vuestro dormitorio.
Uno de los grandes dilemas es el color de la habitación. ¿Blanco, azul, rosa, verde, amarillo? Sea la tonalidad que sea, elige siempre tonos pastel. Los colores chillones siempre influyen en el carácter del pequeño y no queremos que esté inquieto. También es bueno que decores el techo, porque ya sabemos todos que durante los primeros meses los bebés se tiran mucho tiempo boca arriba.
Cuando sean más grandes tendrás que habilitar protectores para los enchufes. Los cables también deberían estar tapados, si tienes aparatos electrónicos en casa. ¡Los niños son muy curiosos y enseguida lo enganchan todo! Y los muebles deberían tener las esquinas y aristas protegidas porque es muy frecuente que se golpeen con ellas.
En cuanto al resto, escoge una decoración acorde con el resto de la casa y disfruta. Ya habrá tiempo de hacer cambios cuando los niños crezcan o cuando venga otro hermanito.