Cuando pintamos nuestra casa, o alguna estancia, nosotros mismos nos ahorramos algún dinero, lo cual no viene nada mal.
Si vamos a pintar nosotros mismos debemos tener en cuenta algunos errores comunes que pueden hacernos perder bastante tiempo y dinero.
Lo primero es comprar la cantidad adecuada de pintura. Esto último, en principio, parece una tontería muy obvia, pero no lo es. Si no compramos pintura suficiente podemos quedarnos a medias y si compramos mucha haremos un gasto innecesario.
Para hacer la compra correcta debemos tener en cuenta un par de factores. Por un lado, hacer caso a los consejos del fabricante de pinturas con respecto a las cantidades necesarias. Por otro lado, es importante usar buenos pinceles y brochas, porque consumen menos pintura y la aplican de una manera correcta.
Otro error común es fiarse de la primera impresión con respecto al color. Puede que un tono quede precioso en una revista o nos guste a la hora de ver la muestra y después en casa sea algo horrible.
Cuando queramos ver qué tal queda un tono te recomendamos que busques una pintura de la que puedas comprar un bote pequeño.
Haz una prueba de pintura en algún sitio poco visible, como detrás de un sofá o tras una puerta. Espera a que se seque y valora si el resultado final es el que realmente buscabas. Es muy importante que veas el resultado con la luz adecuada y a varias horas del día.
Si queremos que la casa no quede hecha un desastre después de pintar debemos tener cuidado y cubrir bien algunas zonas, como los marcos de la puerta o el suelo. Lo mejor es que compremos una pintura que se lave bien e ir fregando el suelo cada poco tiempo para eliminar correctamente las gotas que hayan caído por accidente.
Fuente Imagen Stock Xchng