Cuando nos referimos a cocinas estilo francés, generalmente no nos podemos poner a pensar tan solo en elementos decorativos y parte del mobiliario, ya que la esencia de este estilo, reside en lo más profundo de la campiña francesa, en donde las cocinas de casas de campo o pequeños pueblos, destilan un aire de encanto, que está dotando, no solo de mobiliario, sino de una composición arquitectónica que no se encuentra en las construcciones modernas.
Las paredes de roca irregular, los arcos en el techo, las vigas de madera tan anchas como uno mismo y las ventanas con rejas de hierro forjado, son solo algunas de las primeras cosas que distinguen al segmento.
Luego damos paso a los muebles de época, que esos sí, se pueden conseguir y recuperar, para intentar acercarse a una cocina parecida. Los mismos son de madera y se caracterizan por trabajarse al natural, con barniz o muchas veces con verdes claros y suaves, inclusive un tanto apagados, como con un deje de antiguo.
Los azulejos, ya con aires más españoles, también tienen amplio uso en las cocinas francesas, así como también los grifos de diseño metálico y las luminarias de hierro forjado de época.
El entorno se compone de decoraciones que hacen referencia al campo, mientras que también es muy común colocar cacerolas colgando, con una manera más mundana de tener la cocina, menos ordenada, más al natural.
Por último, una tendencia muy atractiva, es la de conseguir grandes recipientes de vidrio, en donde se colocaban los fideos, cereales, harina, azúcar y todo tipo de ingredientes, que quedaban a la vista y que por si solos, adornaban el espacio.