Cuando tenemos un ambiente que es grande, pero queremos convertirlo en dos estancias, la mejor manera de lograrlo es decorando con una pared divisoria. Esta es una forma decorativa muy socorrida ya sea que tengas como hemos dicho, mucho espacio, o que tengas poco del mismo. En todo caso aún cuando no necesitemos tanto de la misma, viene bien como un agregado a la decoración.
Cuando dividimos recurriendo a una pared, no tenemos ni que conformarnos con una pared aburrida, ni debe ser una pared que cubra totalmente el área que necesitamos, un pequeño muro viene bien y es perfecto cuando está bien utilizado. Esta decoración de pared de la imagen nos deja entrever una buena decisión en este sentido.
Se ha elegido la pared para dividir el salón del comedor, algo usual en los espacios de los apartamentos urbanos de hoy en día. La pared no cubre totalmente los ambientes, y deja espacio suficiente para que podamos ver de un lado a otro y resulta ideal porque la claridad de ambos ambientes, no se ve comprometida. La pared en blanco contribuye a esa claridad.
El detalle de máxima decoración está en que la misma igual que podría aprovechar un color vibrante, que contrastara con el resto, sigue el colorido del resto de la estancia, y aporta el detalle diferente, una decoración de pared, consistente en lo que podríamos decir una bandada de aves. Eso pone la nota colorida que combina con la mesa de la estancia en un ambiente de gris y blanco total.
Es una decoración de pared ideal en una pared divisoria que sirve bien en lo práctico y funcional pero también en lo decorativo. No cabe duda que algo como separar ambientes se puede convertir en una graciosa y atractiva idea como la de la imagen, con solo decidirse por ello.