Esa es una de las mejores formas de dejar pasar las frías tardes de invierno que estamos viviendo, sentados frente a la chimenea, al calor del fuego y al de nuestro hogar. Leer un libro, tomar un café o simplemente ver llover (o nevar) a través de los cristales puede ser uno de los planes más relajantes y reconfortantes que nos ofrece el invierno.
Hacerlo en un salón como este puede ser un verdadero placer. El sofá se ha sustituido por un gran puff que nos abraza al sentarnos. La vida en este salón se desarrolla a ras de suelo, para tener una perfecta visión de la chimenea, y notar su calor de forma más intensa.
Los elementos necesarios para la chimenena, como la leña, situada en un gran cesto en uno de los laterales, acaba convertida en uno de los mejores elementos de decoración para este salón, que le otorga un aire natural e invernal.
Fotografías: The White Company
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Enlace: Sentados frente a la chimenea