Los productos textiles, calzados, mampostería, marroquinería, etc., hechos a mano, adaptados a las paredes, revolucionan tu espacio dándole además el estilo que desees con sólo elegir los colores y materiales más conjuntados a tus muebles. Una pared revestida con esterillas de mimbre y colgando luego artículos de artesanía rústica, y tendremos la mejor decoración para emular una casa de campo en el salón.
Si lo que deseamos es darle un estilo más lujoso, pero exótico, podemos situar en las paredes, pieles y ornamentos africanos de color oscuro: ébano, caoba, piel negra, figuras esculpidas a mano, etc. De Oriente no sólo existen los tapices, también encontramos cientos de artículos textiles y naturales como el bambú, papel de arroz, el papiro (el Egipcio, en África, no es exclusivo), la seda, etc., como fondo a los adornos de culturas exóticas como la china o la vietnamita y japonesa, y nos pueden dejar una pared sofisticada y bella.
Darle a todo esto un revuelto, es decir, mezclar objetos y fondos artesanos de varias partes del mundo y añadirle algún motivo marítimo, como un cuadrito de barcos bonito o paisajes costeros, pipas marineras, brújulas, trozos de red de pesca, etc., nos acerca al viajero que llevamos todos dentro, al apartamento de la playa en nuestra decoración, aunque sólo sea en el detalle de una pared.
Los fondos de mimbre, seda, y otros materiales naturales, se pueden adquirir en cualquier área comercial, pero lo bonito es buscar el bello, el trabajado en los pueblos y aldeas, y si los adornos encima, los hemos adquirido en el zoco de Estambul o en Fez, y los papiros con jeroglíficos al pie de las pirámides de Egipto, nuestra pared además será algo más que un expositor de fantasía.