El término Vintage hace referencia a objetos que son antiguos pero no demasiado y que tienen cierta calidad. Lo vintage en decoración es tendencia y no hay interiorista que escape a la tentación de incorporar un objeto, al menos, de este estilo. Pero, ¿sabes cómo decorar con objetos vintage?
Seguro que todos tenemos alguna pequeña joya heredada de la familia, un sofá de cuando tu madre se casó, la vajilla buena de porcelana de la abuela, un espejo dorado… o bien eres de las que les encanta rebuscar en los mercadillos, anticuarios y tiendas de decoración a la caza de esa pieza única con ese toque retro ideal.
Lo que mejor resaltará la pieza es que se le dé importancia, es decir, se coloque el objeto de forma un tanto aislada para que sea centro de atención. Por ejemplo, si se trata de un sillón o sofá, reforzar su presencia sobre una pared de un tono que contraste y no cargar con elementos como cuadros, fotos, estanterías… un detalle, si acaso, tipo espejo y listo.
También puede quedar espectacular un vestido vintage expuesto sobre un maniquí de madera, de los clásicos de costura, en un recibidor, por ejemplo. Una vajilla, una fuente o un conjunto de platos vintage pueden crear una interesante y vistosa composición colgados en una pared a modo de cuadro.
Una colcha antigua puede ser un precioso mantel, y las fotos de la abuela se pueden enmarcar latón dorado o plateado y quedar geniales mezclándolas con otros marcos más modernos.
Eso sí, hay que tener en cuenta que para que el efecto sea bonito, el objeto ha de estar en buen estado o restaurado, evitar la tentación de recargar que sólo hace que se diluya la fuerza de la pieza y crear contrastes de color para que resalte nuestro objeto vintage.
Fuente de la imagen: a_marga