Cómo iluminar correctamente tus cuadros


Los cuadros pueden convertirse en un elemento decorativo muy importante y práctico a la hora de dar personalidad a una estancia. Sus distintos tamaños, formas y colores pueden ayudarnos a cambiar ambientes, a vestir una pared e incluso,  en algunas ocasiones,  a disimular un desperfecto en la misma.

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Dependiendo de su tamaño, nos bastará con colocar sólo uno en medio de la pared o podemos combinar varios para dar un aire más elegante, bohemio, cool o divertido a una habitación, pero siempre hay algo a tener en cuenta, su correcta iluminación. Si queremos que un cuadro destaque y pueda ser admirado mejor, debemos colocarlo en una zona con luz natural. Pero si esto no fuera posible, siempre podrás recurrir a la luz artificial.

La forma de iluminarlos para poder disfrutar mejor de sus imágenes y colores puede variar en función del efecto que quieras crear en ellos:

  • Si quieres resaltar,  además de su forma, su textura, lo ideal es optar por una luz direccional. Eso sí, si el cuadro está realizado con una pintura cubierta por capas de barniz o vidrios protectores procura que la luz no se refleje directamente sobre su superficie, de esta forma eliminarás las molestas sombras.
  • Si lo que deseas es que tu obra de arte destaque por encima del resto de elementos decorativos de la habitación, es preciso que emplees una luz perfectamente localizada y con la intensidad suficiente para que destaque sobre la iluminación general.

¿Cómo y dónde colocar el punto de luz?

La fuente de luz puede estar colocada en distintos lugares para iluminar en diferentes direcciones. Puede ser descendente, colocándola justo encima del cuadro. Ascendente, si la colocamos en la parte baja del cuadro. Dirigida, mediante focos instalados en un carril en el techo o en la pared  que pueden emitir la luz de forma directa o reflejada.

Si lo que queremos es iluminar un conjunto de cuadros, la solución más práctica es instalar fluorescentes. De esta forma,  obtendremos la cantidad suficiente de luz para iluminar el grupo completo.

Procura evitar que la luz produzca molestos brillos que impidan disfrutar de la obra y presta especial atención a que el calor de la fuente lumínica no estropee el cuadro.

¿Y tú?, ¿qué haces para iluminar tus cuadros?, comparte tu experiencia en este espacio enviándonos un comentario al final de este artículo. Tu opinión cuenta.

Imagen sujeta a licencia CC de Horia Varlan.

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