El cuarto de baño es una de las estancias que utilizamos todos los días varias veces. Al levantarnos para lavarnos la cara o ducharnos, después del desayuno para lavarnos los dientes y arreglarnos…
Es la zona en la que nos dedicamos a nuestra higiene personal y, además, para disfrutar de momentos de relax. Por ello mismo, la iluminación en ella, debe ser la adecuada, tanto para arreglarnos antes de salir de casa, como para darnos un baño mientras escuchamos nuestra música favorita.
Lo mejor a la hora de elegir la iluminación del cuarto de baño es que dispongas dos tipos. Una de ellas más intensa y general, y otra más tenue e indirecta. Además, también te aconsejamos que dispongas una en el espejo. La general la puedes integrar en forma de focos halógenos en el techo. De esta forma, conseguirás una iluminación clara y directa que te permita realizar las tareas cotidianas, tales como ducharte o lavarte la cara.
Por otra parte, si lo que quieres es darte un baño tranquilo y relajarte, olvidándote de las prisas que el día a día te exige, lo ideal es disponer una luz menos intensa. Ésta puede ir también en el techo. En los baños más modernos, se ven murales con luz propia en las paredes, lo que le da un toque muy chic, consiguiendo a su vez, una iluminación muy suave.
Iluminación en el espejo
Por último, para peinarte, maquillarte o simplemente mirarte al espejo, la luz más adecuada deberá ir colocada de una forma especial. Para ello, te recomendamos que dispongas unos pequeños ‘focos’ a los lados del espejo. Un error común es disponerlos justo encima del espejo. No es aconsejable, puesto que la sombra que éstos dan, no te permitirá mirarte con claridad en el espejo. Si no quieres complicarte tanto la vida para instalar la iluminación de tu cuarto de baño, puedes elegir una general y una para la zona del espejo. Para ello, puedes disponer dos interruptores fuera de la estancia o uno dentro y otro fuera, ¡tú eliges!
Fuente de la imagen: Jeremy Levine Design