La vuelta de vacaciones supone una pequeña revolución en cualquier casa… La llegada con las maletas después de un largo viaje a una casa sin limpiar (y quizá teniendo que volver al trabajo al día siguiente) puede constituir una imprevista fuente de estrés. Pero puede sobrellevarse muy bien, organizándolo todo desde cero: es decir, decidiendo el destino del contenido de la maleta según se va vaciando.
Te será todo más fácil si has previsto un día libre después de la llegada y si antes de marcharte dejaste toda la ropa lavada, la cama con sábanas limpias (un pequeño lujo que te hará estar encantado de vuelta a casa) y poca comida en el frigorífico que se haya podido estropear.
Tendrás que hacer diferentes montones con la ropa para lavar, la que sólo es para planchar y la que va destinada al armario. A su vez, entre la ropa para guardar, tendrás que decidir qué te seguirás poniendo y qué otras prendas eran sólo adecuadas para las vacaciones.
Ropa para lavar
Es necesario hacer una selección por colores y por ropa delicada para lavar a mano. Utiliza un par de bolsas grandes de rafia de las que usamos ahora en las grandes superficies para hacer dos grupos bien diferenciados de ropa: blanca y de color o delicada y resistente. No te demores mucho en empezar la rutina de las lavadoras.
Ropa para planchar
Sitúala sin demora en el cesto de la plancha para que «desaparezca de la vista» hasta el momento en que puedas ponerte con esa tarea.
Ropa para guardar
Conviene diferenciar de nuevo la ropa para guardar y seguirte poniendo, y la que sólo era para las vacaciones (bañadores, pareos, viseras…). Guarda inmediatamente en el armario la que aún vestirás y haz un montón con la de las vacaciones a la espera de juntarla con la que precisa planchado. En cuanto puedas, guárdala en donde tengas acostumbrado hacerlo (quizá cajas en el maletero, canapé abatible o incluso una maleta de poco uso). Ten en cuenta que los bañadores suelen deteriorarse cuando no se usan, ya que la goma y el tejido elástico pueden estropearse. Envuélvelos por separado en bolsas de plástico transparente.
Calzado
Observa el calzado de vacaciones e intenta visualizar qué zapatos seguirás usando el próximo verano y cuáles no: quizá no merezca la pena guardar unas chanclas de goma económicas que se han quedado descoloridas con el uso ni unas alpargatas de las que se está saliendo el esparto… ¡Desecha este calzado sin pensarlo dos veces! Las zapatillas de lona puedes guardarlas y cuando tengas un momento o bien las lavas o las limpias bien pasándoles por encima una solución de agua con amoniaco. El calzado de piel que te vas a seguir poniendo no necesita cuidados salvo el mantenimiento normal.
Regalos y souvenirs
Sepáralos cuidadosamente especialmente si se trata de cerámica u objetos frágiles. En cuanto tengas un momento libre, envuelve cada cosa de regalo si no lo estaba aún, y marca con etiquetas adhesivas el nombre del destinatario: la memoria es más frágil de lo que parece …
Fotografía y vídeo
Vacía el contenido de las memorias de las cámaras de foto y vídeo en el ordenador y llena con ellas uno o dos pen drives para mostrar las imágenes de las vacaciones a tus compañeros, cargarlas en tu marco electrónico, enviar a tus amistades o bien llevarlas a imprimir a alguna tienda de fotografía.
Fotografía: JML
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