La playa tiene propiedades terapéuticas sobre la mente y el cuerpo que ahora en verano debemos aprovechar. Hay que cuidarse de la exposición prolongada al sol, de las picaduras de las medusas y de algunos otros peligros. Pero nunca olvidar los beneficios de la combinación de la arena, el agua y la brisa marinas.
La playa es ese maravilloso espacio donde nos encanta pasar las vacaciones en contacto con el agua salina, la brisa del mar y la fina arena bajo nuestros pies. Pero no sólo eso… También es una fuente de salud y bienestar, un auténtico spa con propiedades terapéuticas para cuerpo y mente. Por eso, conviene hacer un repaso de los principales efectos benéficos de la playa…
Masaje profundo de reflexología
Andar descalzo por la arena de la playa o los cantos rodados es una auténtica terapia para nuestro cuerpo. La reflexología es una terapia natural conocida desde hace siglos, que establece una relación entre cada punto de la planta del pie y un órgano concreto del cuerpo humano. Estimular determinados puntos del pie simplemente paseando descalzo por la playa es muy beneficioso para una mejor digestión, eliminación de deshechos, espalda sin dolor y unas defensas más fuertes. Y no hay mejor exfoliante que la arena fina de la playa para las durezas en los pies…
Fuente de vitamina D
La vitamina D es esencial para la salud. Fortalece nuestro sistema inmunitario, nuestros huesos y es esencial para nuestro bienestar emocional. Dejar que los rayos del sol acaricien nuestra piel (no que la quemen) es esencial para absorber la vitamina D. Por eso conviene pasear al aire libre y exponer nuestro cuerpo al sol por periodos cortos de tiempo, cuando los rayos solares no caen verticalmente en las horas centrales del día durante el verano.
Sudor, desintoxicante natural
Sudar es sano, no te dejes engañar por los anuncios de desodorantes… Intenta realizar algún ejercicio físico en la playa, desde jugar a las palas o al bádminton a dar paseos por la orilla. El sudor que conlleva el ejercicio físico desintoxica nuestros órganos (pulmones, riñones, hígado…). Evita en estas salidas los antitranspirantes, que bloquean los poros y la transpiración natural del cuerpo. Utiliza un desodorante más natural.
Fuente de relajación
El agua del mar, la brisa marina, el sonido de las olas… Todo se combina para trabajar conjuntamente aliviando el estrés, la ansiedad y la tensión. Hoy se sabe que el sonido del mar altera los patrones de las ondas cerebrales, promoviendo una profunda calma y un estado de gran relajación. Por eso estamos de mejor humor durante las vacaciones en la playa y se refleja en un mejor aspecto físico.
Cura de oxígeno
La brisa marina contiene un compuesto sulfuroso, el sulfóxido de dimetilo (DMS), que nos permite dormir mejor. Los iones de hidrógeno negativos que se concentran en el aire que se respira en el mar nos ayudan a absorber más oxígeno y a neutralizar, por tanto, los radicales libres (iones positivos).
Agua bendita
El agua del mar tiene propiedades curativas. Las sales marinas que contiene (sodios, sulfuro, magnesio, calcio, potasio y cloro) ayudan a cicatrizar las heridas, reducen la infección, despejan las vías nasales y alivian los dolores musculares y de las articulaciones. Muchas enfermedades como la artritris, la psoriasis y la depresión mejoran con los baños de mar.
Fotografías: Impressionen
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