¿Notas que te duele la espalda cuando llevas unas horas estudiando o trabajando sobre el escritorio? Pues si aún no te has parado a hacer caso a tu espalda, es el momento de hacerlo, porque te está pidiendo a gritos que compres una silla cómoda para que deje de sufrir.
No te preocupes si no sabes cuál elegir, porque nosotros te vamos a ayudar. En la actualidad, puedes encontrar en el mercado multitud de modelos de sillas para tu escritorio. Tan sólo tienes que fijarte bien antes de comprarla si cumple una serie de requisitos necesarios para la salud de tu espalda. Para ello, no es necesario que seas un experto en sillas de escritorio ni en ergonomía, ni mucho menos.
Empieza por descartar aquellas que no cuenten con un respaldo cómodo. Es conveniente que éste no sea muy bajo, puesto que no podrás apoyar correctamente la espalda. Lo más adecuado es que el respaldo tenga una forma ergonómica para que puedas apoyarte sin que sufra la columna vertebral.
Por otra parte, es conveniente que la altura del asiento sea regulable, con el fin de que puedas adecuarla a ti. A la hora de regularla, deberás tener en cuenta que no esté demasiado alta. Para saber esto, te darás cuenta si para escribir o trabajar sobre el escritorio tienes que agacharte o, si los pies no tocan bien el suelo.
Por último, aunque normalmente este tipo de sillas tienen ruedas para poder moverlas con facilidad, asegúrate de que son estables y te permiten sentarte con seguridad. No te olvides de los apoyabrazos. Éstos son buenos complementos para relajar la zona del cuello cuando llevas un rato trabajando sobre la mesa del escritorio, ya esa con el ordenador o sobre papeles. Ahora ya conoces los requisitos para tener una silla de escritorio ergonómica, ¿a qué esperas para integrarla en la decoración del despacho de tu casa?
Fuente de la imagen: juhansonin