En más de una ocasión, hemos repetido hasta el cansancio, que el elemento que define el 90% de la orientación del estilo decorativo de un salón, es el sofá. Pues bien, si aún no se ha decidido para elegirlo, aquí le mostramos algunos ejemplos, para guiarlo un poco más. Aquí en la portada podíamos ver un modelo de sofá, ideal para un salón moderno o minimalista, de baja altura, ancho, ideal para ser tomado como diván e inclusive como cama, para una larga siesta.
Por algo más ecléctico, puede elegir, el estilo inglés, que combina tapizados lisos y florales, con apoyos de madera tallada, marcando la diferencia y el glamour, de un entorno que busca asemejarse al estilo gregoriano.
El modelo Tuxedo, rectilíneo, estructurado, color anaranjado suave, tiene ciertos aires retro, pero sin embargo, se deja mezclar con pinturas vanguardistas, iluminación moderna y una estufa de última generación, quedando a la perfección.
Otro modelo tradicional, de claro acento inglés es el “Camelback sofá”, que justamente hace referencia a la joroba del camello, que teóricamente se asemeja a la suave curva que describe el sillón, en la parte superior.
Por un estilo british, como el que se está usando hoy en día, un modelo de terciopelo, como este, podría ser la excusa perfecta, para introducir un poco de color al espacio.
Probablemente uno de los más bonitos y elegantes, este modelo curvilíneo capitoneado, es una representación de los sofás Luis XV, famosos en el siglo XVIII, por su distinción, digna de la realeza.
Volviendo al segmento moderno, este tipo de sofás, es para quienes pasan la mayor parte del tiempo en su casa, mirando televisión, ya que son notablemente cómodos e invitan a recostarse sutilmente.
El sofá Chesterfield, es un modelo con historia, que se solía encontrar en bares, así como también en bibliotecas de la vieja Europa, en donde los colores oscuros eran moneda corriente, y las texturas, una exigencia inquebrantable.
Por último, dos modelos modernos, ideales para hoy en día, con familias grandes y necesidad de espacios de reunión, acordes. El primero es un modelo a lo largo, mientras el segundo hace la clásica “L”, buscando dar forma al centro del salón.
