La casa de la familia Paniego-Echaurren, que alberga un hotel boutique y el primer restaurante en conseguir una estrella Michelín en La Rioja, comenzó siendo una modesta parada de carruajes en el siglo XVII, comenzó siendo una modesta parada de carruajes en el siglo XVII.
Hoy es uno de los referentes del turismo más exigente y gourmet en España. El hotel-restaurante Echaurren, ubicado en la localidad riojana de Ezcaray, simboliza la perfecta transición entre el pasado y el futuro aunando en sus servicios e instalaciones el cariño propio de un establecimiento familiar con la vanguardia estética y gastronómica del siglo XXI.
Una vanguardia que ahora se ve y se siente tanto en los cuatro espacios gastronómicos que alberga en la planta calle como en seis de sus 25 habitaciones, que acaban de ser inauguradas tras una completa redecoración, obra del prestigioso estudio Picado de Blas. Con el diseño y los detalles de un cinco estrellas, las nuevas suites forman parte de una actualización estética paulatina del complejo que comenzó en 2009 con la renovación de los restaurantes y culminará con la del resto de las habitaciones.
Elegante, acogedor y 100% sostenible. Así es el Echaurren, un prodigio de la arquitectura moderna en el que predominan el uso de maderas recicladas y materiales no contaminantes, las líneas rectas y depuradas y los tonos neutros, blancos y madera, a veces salpicados por pinceladas de colores cálidos, vivos y alegres en los textiles y las sillas. Se han conservado y restaurado algunos elementos del primigenio mesón, como los tapices Toile de Jouy del XVIII presentes en algunas paredes o las piedras originales de la arcada y las balconadas de hierro forjado de la fachada, renovando el resto hasta en el último detalle.
Arquitectónicamente destacan los nuevos ventanales, de roble macizo en el interior y perfilería de acero en el exterior, y la “piel cinética” de jambas rectilíneas en forma de pico a 45º que, de suelo a techo, arropa todas las zonas comunes del hotel (restaurantes, recepción, escaleras y pasillos). Cada una de las dos caras del «pico» presenta un color diferente ofreciendo al huésped un dinámico juego cromático según su posición: desde el restaurante Echaurren el hotel se presenta con acogedor tono de la madera natural mientras que desde el Portal lo hace en un minimalista blanco roto, simbolizando el tránsito generacional de la cocina tradicional de Marisa Sánchez a la vanguardia culinaria de su hijo Francis Paniego.
En la decoración sobresale el mobiliario de fondo clásico y moderno formato, diseñado ad hoc por Picado y de Blas y fabricado a mano con roble pulido y lana rústica, así como una cuidad iluminación focal a base de leds y lámparas esféricas mini-glo de Flos que hace sentirse al viajero como en la intimidad del hogar.
Las habitaciones, algunas con vistas a la iglesia románica de Santa María la Mayor, presentan una atmósfera de absoluta serenidad y están dotadas con todos los detalles para el confort: cama king size con colchón viscoelástico de última generación, edredones de plumón ligerísimos y carta de almohadas. Plasma, MP3, MP4 y CDs con música selecta, duchas de efecto lluvia, grifería y lavabos de diseño, amenities personalizadas y una cesta de bienvenida con futra fresca, snaks, frutos secos, chocolate, zumos y todo lo necesario para disfrutar del entorno, sus paseos, su naturaleza y su cultura.
Hoy, Echaurren acoge en sus diferentes espacios distintas maneras de disfrutar de la mejor cocina local: en el comedor tradicional se sirven las especialidades de Marisa, desde sus ya míticas y jugosísimas croquetas hasta sus guisos caseros como las alubias rojas con sus sacramentos o las patas a la riojana, la porrusalda de verduras de la zona, los cangrejos de río o la carrillera de ternera, mientras que en El Portal, su hijo Francis Paniego desarrolla con el esmero heredado de su madre esa cocina vanguardista, creativa y con alma que le ha llevado a convertirse en el primer estrella Michelín de La Rioja.
Carpaccio de gamba roja con tartar de tomate y ajo blanco, bajo un manto de hojas secas (un plato sublime que es como saborear la rioja en otoño), mojito con plátano y menta o sus ya célebres tostas templada con queso de Cameros y merluza a la romana confitada a 45º, son algunos de los platos del Portal, que pueden disfrutarse en forma de menú degustación (largo o corto, según el apetito).
Para una comida más informal o un picoteo en el aperitivo, a media tarde o por la noche, el hotel alberga además el gastrobar E-Tapas, coronado por una cálida chimenea de leña y abierto durante el día a una terraza ajardinada con setas y mantas para disfrutarla incluso en invierno y donde se sirven ensalada, tapas y raciones de toda la vida, gran variedad de destilados y vinos por copas.
Y, pensando especialmente en los amantes del esquí, un cuarto comedor el bistró El Comilón, ofrece durante los fines de semana una carta sencilla a base de pasta, arroces y guisos tradicionales. En definitiva, una diversidad culinaria que también se hace patente en los desayunos del hotel que pueden ser sin moverse de la habitación (12€), un desayuno continental y asequible (4€) en la cafetería, buffet con productos de la tierra (8€) o tipo brunch los domingos (25€).
HOTEL ECHAURREN
Dirección: C/ Padre José García, 19. Ezcaray (La Rioja)
Teléfono: 941 354 047
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