Lejos de ser una estrategia de marketing para transmitir mayor fé y confianza en sus productos, IKEA se ha propuestao distribuir alrededor de 200.000 peluches confeccionados para niñas y niñas de la región de Myanmar. Con este objetivo espera aliviar las experiencias traumáticas acaecidas tras un ciclón de “nargis”.
Los peluches se han distribuido a través de la directiva de “Save the Children” en espacios seguros que la propia ONG ha desarrollado en más de 120 pueblos con grupos de protección infantil en algunas de las ubicaciones. También se distribuyen en centros médicos de los poblaciones del entorno.
Además de esta iniciativa, se están desarrollando otras de forma paralela como son la distribución de agua potable y actividades relacionadas con la salud.
IKEA, no es sólo una empresa comercial que ha asentado un imperio casi monopolizando sus productos en numerosos países, sino que además cuenta con un lado solidario que pretende hacer de este mundo mejor.