La jardinería orgánica es la que trata de crear el menor impacto posible sobre el medio ambiente. Por eso se intenta evitar en lo posible el uso de sustancias químicas para abonar y acabar con las plagas. Con estos consejos podrás mantener tu jardín, terraza o pequeño huerto urbano en plena forma sin necesidad de aditivos que pueden alterar el equilibrio de la naturaleza…
Insectos que acaban con las plagas
La naturaleza es sabia, y por eso en los jardines determinados insectos cumplen el papel de acabar con las plagas dañinas para las plantas. Cuando echamos plaguicidas, acabamos indiscriminadamente con las plagas pero también con sus predadores: mariquitas que se comen al pulgón, el ácaro que acaba con la araña roja o las dos especies que acaban con los trips… La mantis religiosa o el ciempiés son otros predadores de jardín capaces de terminar con insectos mucho mayores que ellos en tamaño gracias a las sustancias venenosas que son capaces de inyectarles.
Plantas que repelen insectos
La idea es que la propia variedad de especies en el jardín sea capaz de mantener el equilibrio del jardín o el huerto con la mínima intervención humana. Algunas plantas actúan como “insecticidas naturales” que ahuyentan a determinados bichitos. Por ejemplo, madreserla, ortiga blanca y lupino son capaces de mantener a raya las plagas de pulgón que llegan con la primavera a rosales, hiedras y otras especies del jardín. Y plantas aromáticas como los claveles chinos y las caléndulas son enemigas acérrimas de la mosca blanca, igual que la lavanda ahuyenta a las hormigas.
Remedios caseros y trampas naturales
En cualquier caso, siempre es mejor recurrir a remedios y trampas naturales para terminar con las plagas. Por ejemplo:
- Un cuenco con cerveza en la zona donde haya babosas, bichos bola y caracoles es “mano de santo”. Tienes que semi-enterrar a ras de suelo. Morirán ahogadas ya que el olor de la cerveza les atrae irremediablemente.
- Las hojas de las plantas atacadas por cochinilla responden muy bien a la acción de un algodón empapado el alcohol etílico.
- La cáscara de huevo molida o la arena impide a caracoles y babosas llegar a destino.
- Tanto el té como la manzanilla son excelentes productos antifúngicos. Si mezclas la tierra de los semilleros con té obtendrás buenos resultados y evitarás que las pequeñas plantas se pudran por la acción conjunta del exceso de riego y los hongos.
- Las hormigas rehúyen el olor de la canela, así es que espolvorea generosamente en aquellas zonas donde haya muchas.
- Introduce hojas de menta fresca en agua caliente y deja unas pocas horas. Luego introduce en un vaporizador, y aplica en las hojas y tallos de las plantas. Suele funcionar para la mayor parte de las plagas.
- Hervir dos dientes de ajo, con las capas superficiales de la cebolla y un par de guindillas da como resultado un excelente repente natural contra insectos, que puedes pulverizar sobre tus plantas.
Abonos naturales
La única razón por la que se admiten aditivos químicos en el terreno de un jardín o huerto orgánico es porque el suelo tenga carencia natural de determinados elementos, como fósforo, nitrógeno o potasio.
Para abonar, por ejemplo, se prefiere el compost, que se hace en casa con una compostadora aprovechando los desechos del jardín y los residuos orgánicos de la casa.
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