Las calefacciones a base de leña vuelven a vivir una etapa de esplendor hoy día. El encarecimiento del gasoil es la principal causa. Pero, además, por sostenibilidad y eficiencia, y porque como elemento decorativo, las chimeneas abiertas y los modernos inserts o cassetes no tienen competencia. Pero necesitas saber qué especies son las más adecuadas para leña, qué sistemas de calefacción los más eficientes y cómo detectar la madera húmeda antes de “echar más leña al fuego”…
La leña para calefacción es todo ventajas en relación con otros combustibles. La crisis se ha encargado de recordarnos que la madera es un combustible muy económico, especialmente si nosotros mismos vamos a buscarla. Además, el humo y la ceniza son residuos sostenibles que la propia naturaleza se encarga de reciclar. El ambiente que crea es cálido y acogedor, y no tiene parangón como elemento decorativo en las casas. Por último, es más eficiente que otro tipo de calefacciones, especialmente si se usa madera de determinadas especies que son comunes en nuestros bosques.
El uso de leña para calefacción también tiene algunas desventajas, seamos realistas… Resulta bastante sucio en relación con otros combustibles y, lo peor, precisa de mucho espacio para almacenarla. Por otro lado, requiere el suministro constante de nuevos troncos: cada hora, si se trata de una chimenea cerrada o insertable, aunque una caldera de leña puede tirar con sólo una carga diaria.
La calefacción más económica…
Pero centrémonos en las ventajas respecto a otros combustibles… Calentar la casa con gasoil es muy caro (2,6 veces más caro), y la única energía mas económica que la leña (tanto en caldera de gasificación como en insertable) es la bomba de calor. Por eso la leña ocupa un honroso segundo puesto entre los combustibles más baratos (teniendo en cuenta el rendimiento y el coste final por kWh). Pero para comprar leña también hay que saber hacerlo…
La leña recién cortada retiene un 75% de humedad, es decir que de cada 100 kg que compremos, sólo 25 son madera y el resto es agua. Por eso es importante que antes de su uso la leña lleve cortada y almacenada un minimo de dos años para que su humedad quede en un 15%, que es la cifra mínima y aceptable. En cualquier caso, en función del tiempo de secado, así debe ser el precio. Y para cerciorarnos, lo mejor es exigir que se tomen medidas de la humedad de la madera al menos en tres leños gruesos.
Qué madera es la mejor…
En cuanto a las especies, la mejor madera para calefacción es la madera dura, es decir, la de la encina, el roble, el quejigo y el olivo. Se quema más despacio y es más calorífica que la madera blanda de las coníferas, que se quema muy rápidamente, pero produce chispas que pueden llegar a ser muy peligrosas. Es importante observar, en cualquier caso, que no deben utilizar nunca maderas que hayan sido sometidas a cualquier tratamiento químico, como las traviesas de las vías férreas (con sustancias cancerígenas por inhalación) y las maderas barnizadas (parqué, puertas antiguas…), que producen vapores tóxicos durante la combustión.
Tipos de calefacciones de leña
Las calefacciones de leña pueden ser básicamente de tres tipos: chimeneas abiertas, insertables y calderas de leña. Las chimeneas abiertas son poco eficientes, ya que la salida de humos actúa como un gran aspirador de aire caliente que deja entrar aire frío por los resquicios de las puertas, ventanas, etc. Además producen mucho rescoldo. Los insertables o casetes, es decir, las chimeneas cerradas, son mucho más eficientes que las tradicionales. Tienen un sistema de circulación de aire mediante ventiladores que hace circular el aire frío de la estancia por una carcasa para que salga a mayor temperatura. Otros disponen de un intercambiador de calor con agua, que permite el uso de radiadores para calentar toda la casa. Al entrar aire por debajo, la combustión es mucho más homogénea en este tipo de hogares, y los leños apenas se carbonizan ni dejan ceniza. El inconveniente es que hay que estar alimentando continuamente la chimenea con nuevos aportes de madera. Por último, las calderas de gasificación de leña permiten tener agua caliente y calefacción, sustituyendo las funciones de las calderas de gasoil o eléctricas.
Precios de la leña
El precio medio de la leña de encina seca es de 0,13 €/kg para pedidos de mil kilos. Puede llegar a comprarse por 0,10 € si la cantidad es superior, o a 0,15 €/kg para cantidades inferiores. Es importante conocer el grado de humedad para calcular el precio. Además de buscar un proveedor que nos ofrezca garantías, podemos fijarnos en el aspecto de la leña: la leña seca es oscura o gris y si se corta es blanca por dentro. En el hogar se quema, mientras que la leña verde “arde”. Hay que preguntar si el precio de la leña incluye la entrega y el apilado.
El consumo de leña para producir el mismo calor que el gasoil cuesta exactamente la mitad, lo que explica por qué la venta de leña en nuestro país está aumentando a buen ritmo en los últimos años.
Fotogafías: focus, Modus, Brayumo
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