Una idea magnífica para decorar la pared de tu salón, o incluso esos pilares que siempre nos parecen “molestos” a la vista, tanto en el salón como en tu recibidor o en otras zonas del hogar, son los revestimientos en piedra natural. En efecto hay que hacer algo de obra, pero no es necesario mucho jaleo si es alguna zona determinada solamente. Con cubrir con plásticos los muebles, es suficiente, ya que no hay que derribar tabiques ni armar una gran polvareda.
La piedra natural blanca (caliza) conjunta con todo tipo de decoración. Tanto si queremos combinar con muebles clásicos, de madera noble, como si le damos un aire más actual: con aluminios, cristal de colores, veladuras en las paredes, o todo lo contrario: un ambiente rústico, acompañando el resto de paredes con pátina y mobiliario más playero/apartamento, con mimbres, cuadros de paisajes o marítimos. La piedra natural encaja en todo tipo de decoración.
Si elegimos una piedra grande, tenemos que saber que ponerla nosotros mismos es muy pesado y se necesita de práctica para que nos quede visualmente decente. Se puede poner con un acabado que deje la pared alisada, o que se vean las ranuras entre las piedras. De ésta última forma es la que más se demanda actualmente. Queda muy lujoso, pero entre las ranuras se puede filtrar suciedad, polvo, bastante difícil de detectar, aunque para eso existen formidables aspiradores eléctricos. Siempre hay una solución para todo.
Hay en el mercado unas bolsitas de 1 kg. de cemento y de 5 Kg. de arena. La piedra pesa mucho, pero se puede transportar por partes. Si es una pared de 10/12 m2 no se necesita demasiado. Os recomiendo que contratéis a un profesional, pero si queréis probar, se echa un puñado de cemento en una cubeta de 6/8 litros, 3 partes de arena y agua pero no demasiada, hasta que se conforme en una pasta espesita. Con una espátula y una picoleta como herramientas nos basta. Picamos un poco la pared, unos golpes leves para que el cemento tenga una mínima base de agarre, y enlucimos un palmo en el suelo (recordad que los rodapiés se deben quitar, luego ponemos una moldura de madera u otra que nos guste). Colocamos una primera base de piedras que tengan el contorno bien cuadrado y liso, y sólo debemos repetir cada hilera lo mismo: nueva cubeta con pasta cementada y colocamos más piedras. Cuando tenemos las piedras colocadas, se rellena con la misma pasta las ranuras y cuando esté casi seco, pasamos una esponja húmeda para dejar bien fina la terminación. Si optamos por no rellenar las ranuras entre piedras, deberemos previamente rodear cada pieza con cemento en su colocación para que queden bien fijadas unas a otras.
Toni Ferrando.