Sillas para PC


¿Os habéis parado a pensar el número de horas que permanecemos sentados en frente del ordenador? La inmensa mayoría dirá que muchas, por lo que, además de contar con un dispositivo de mayor o menor capacidad, una mesa lo más amplia y despejada posible, debemos prestar especial atención a la silla.

Elige_bien_tu_silla_para_el_ordenador

La oferta de sillas para ordenador es muy grande, hay una para cada gusto y necesidad, sin embargo si atendemos a una serie de premisas podremos reducir la lista y hacernos con la que más nos convenga.

Lo primero a tener en cuenta es la cantidad de horas que pasaremos sentados en esa silla. Son muchos los hogares españoles que ya cuentan con varios ordenadores por casa entre los de sobremesa y los portátiles. No tiene por qué ser igual la silla que compremos para el ordenador de sobremesa, en el que pasamos un mayor número de horas, que la utilizada para sentarse un rato en el portátil a consultar el correo electrónico.

A la hora de comprar una buena silla de ordenador debemos pensar más en nuestra comodidad que en la estética, pero tampoco es necesario renunciar a ella si encontramos una silla ergonómica que además esté en sintonía con la decoración de la estancia.

Las sillas llamadas ergonómicas son aquellas que permiten una correcta circulación en nuestro cuerpo y evitan posibles lesiones musculares al facilitar una buena postura para trabajar.

Elige_bien_tu_silla_para_el_ordenador

Una buena silla de ordenador debe:

  • Permitir ser regulada en altura. De esta forma, cuando te sientes en ella tus pies deben quedar totalmente apoyados en el suelo.
  • Contar con unos bordes redondeados en la zona del asiento. Además, si puedes deslizar tu mano entre la parte de delante  del asiento y la parte de atrás de tus rodillas, entonces estás sentado en una silla del tamaño correcto.
  • Contar con apoyabrazos. Aunque no es estrictamente obligatorio, el poder apoyar los brazos te ayudará a descansar en determinados momentos. Procura que estos tengan un buen contorno o que estén acolchados y que su altura también se pueda ajustar.
  • Tener apoyo lumbar y un respaldo reclinable.
  • Tener una buena base. Lo mejor es que busques una con cinco patas y ruedas capaces de moverse en todas direcciones.

Y recuerda, no te la juegues, es preferible que te gastes un poco más de dinero en una silla buena que no te lo tengas que gastar en un masajista o quiropráctico.

Imágenes sujetas a licencia CC de wyzik.

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