Tejer todo tipo de prendas con ovillos de lana o algodón es una labor que ha sido recuperada en los últimos tiempos con gran éxito entre adultos jóvenes y personas de mediana edad. Lo que es menos conocido es que hacer punto está comenzando a ser considerado una terapia de primer orden para numerosas dolencias, muchas de ellas relacionadas con nuestro frenético estilo de vida. ¿Quieres saber cuáles…
Alguien ha dicho que tejer es el nuevo yoga… Y no le falta razón. Esta labor que antes hacían nuestros mayores por necesidad en casa, hoy se ha convertido en un hobbie para muchas personas sometidas a una fuerte presión en su trabajo o en general en su vida diaria. Hacer punto es hoy por hoy una especie de vía de escape a la “vida loca” que llevamos, al estrés y la presión laboral, y una fuente de satisfacción enorme, según las personas que lo practican…
Parece que los movimientos repetitivos y rítmicos de tejer, al igual que los de los asanas del yoga, son los responsables de las propiedades benéficas de practicar esta labor, calmando nuestro ritmo cardiaco y nuestra respiración y creando una sensación de estabilidad y quietud… Pero, al contrario que el yoga, no precisa de un cambio de rutina diaria, sino que esta terapia se puede realizar cómodamente desde el sillón de casa.
El dolor, la depresión, la ansiedad y el estrés, las conductas adictivas e incluso la demencia senil son problemas que pueden mejorar cuando se practica esta labor… Mantener la mente y las manos ocupadas distrae de pensamientos negativos, ayuda a organizarse y a trabajar por objetivos, facilita la relajación, promueve la creatividad frente al comportamiento pasivo, aumenta la autoestima, mejora la coordinación ojo-mano en personas mayores… ¡Como ves, todo son ventajas!
Un estudio publicado a principios de 2013 en el British Journal of Occupational Therapy (www.cot.co.uk/british-journal-bjot/british-journal-occupational-therapy) arrojó un resultado sorprendente: hacer punto ayudaba al 47 por ciento de los entrevistados a resolver sus problemas; al 37 por ciento a olvidarlos, y al 39 por ciento a organizar sus pensamientos. Y el 61 por ciento indicó también que tejer les ayudaba a concentrarse en las cosas importantes…
Son ya numerosos los centros de todo tipo (salud, educativos, sociales, etc.) que están comenzando a utilizar “la terapia de tejer”. En Exeter, en el Reino Unido, el Gobierno local aprobó recientemente un proyecto dotado con una subvención de 22.000 libras de los fondos de sanidad para que todo aquel que quiera pueda tomar clases para aprender a hacer punto, habida cuenta de todas sus indicaciones…
La terapia del punto está recibiendo un decidido apoyo por parte de movimientos de crafters. Por ejemplo, Stitchlinks (www.stitchlinks.com/your_health_matters.html) lucha desde 2005 por implantar esta labor como herramienta terapéutica para mejorar problemas físicos, psicológicos, sociales, de comportamiento…
Incluso se sabe que determinadas prácticas de tejer, como el punto tunecino, pueden ayudar a mejorar patologías físicas como el síndrome del túnel carpiano
Para que esta terapia no termine por causar inconvenientes posturales, se recomienda lo siguiente:
- Levantarse y estirarse cada 20 minutos. Por supuesto, no hacer punto con las piernas cruzadas.
- Si tienes problemas cervicales, trata de apoyar el peso de los brazos en cojines (o utiliza un sillón con brazos) e intenta mantener la cabeza erguida mientras haces punto.
- Asegurarse una buena iluminación natural o eléctrica.
- Mantener en alto el patrón con los puntos para no tener que bajar la cabeza ni forzar la vista.
Fotografías: We are Kittners
Articulo original de DecoEstilo.com. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de este feed con fines comerciales.
Enlace: Tejer, el nuevo yoga