Construida a mediados del siglo pasado y ubicada en la Calle Maudes nos encontramos con una vivienda de unos 150 m2, que apenas se había modificado desde su origen. Era una casa muy compartimentada y bastante oscura a pesar de la cantidad de huecos de los que disponía.
Los dueños de la vivienda querían una intervención integral con una distribución que respondiese a sus necesidades: un espacio abierto, luminoso, ordenado y bonito, donde poder desarrollarse y disfrutar de la familia.
La luz natural ha sido un factor clave en este proyecto: se han volcado todos los espacios hacia el exterior, consiguiendo que la luz adquiera la condición de otro material más. Los huecos en fachada en tres orientaciones distintas y la apertura de los espacios de la vivienda, permiten apreciar desde dentro el movimiento del sol a lo largo del día, así como las distintas tonalidades que va adquiriendo la luz y que transmite a la casa y a sus materiales. Predomina el color blanco, para potenciarla aún más, y pinceladas de color que crean atmósferas muy acogedoras.
La casa está resuelta con una configuración en forma de L, cuyo acceso se encuentra justo en el vértice, dando paso por un lado al ala de mayor dimensión que acoge todos los espacios comunes, Salón, Comedor y Cocina, y por otro a un ala más íntima, que alberga los dormitorios y el despacho.
Se ha dotado a la casa de una gran capacidad de almacenaje, tras paredes paneladas en blanco que pasan desapercibidas, aportando así más orden y limpieza visual. Dos cortinas de luz artificial en el pasillo enmarcan las entradas a las habitaciones y generan dinamismo, lo que provoca un efecto de acortamiento y lo hace más acogedor.
Un suelo con personalidad, de madera de jatoba maciza, unifica la zona de día y la de noche.
La cocina con grandes ventanales y preciosas vistas sobre Madrid, se organiza en forma de U, con una encimera metálica que da continuidad a todo el espacio y que termina en una barra con taburetes “plasticchair” de diseño. Metal, blanco y pizarra combinan en este espacio moderno donde la luz entra a raudales y que permanece conectado con el salón a través de la continuidad del suelo de madera.
Una casa ordenada, acogedora y de línea moderna que poco a poco se va impregnado de la cotidianeidad diaria de sus dueños.
Proyecto: ACGP Arquitectura
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Enlace: Una casa muy luminosa en Madrid