Lo más curioso de esta cocina es esa prolongación hacia el jardín que hace de ella un espacio de lo más versátil y cómodo.
Se trata de un espacio perfectamente equipado con todos los electrodomésticos y accesorios necesarios para preparar una deliciosa comida, pero al otro lado de la cristalera, la cocina continua con una pequeña encimera equipada con un segundo pozo fregadero y una superficie de manipulación.
Resulta un espacio ideal para las ocasiones en las que la comida tiene lugar en el jardín, en esa pequeña prolongación de la cocina podremos dar los últimos toques a los platos, fregar alguna cosa de urgencia…
También será ideal para utilizar cuando estemos inmersos en los trabajos de mantenimiento del jardín. Podremos lavar y preparar las plantas en esta pequeña cocina, sin tener que entrar y ensuciar en lugar en el que estemos preparando la cocina.
El comedor del interior se ha decorado con un gusto exquisito, para que cuando la climatología no nos permita salir a comer al jardín, podamos hacerlo en un lugar cálido y acogedor, y con vistas al exterior.
Fotografías: Arclinea
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